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FUNDACIÓN Y PRIMEROS AÑOS DE LA FALLA 1945 - 1970

1945-1946

Aunque la formación de la falla de En Plom inició su camino en marzo del 47, las inquietudes de un grupo de niños de la barriada hicieron que durante los tres años anteriores se plantaran fallas infantiles, las cuales brillaron en la demarcación bajo los nombres de Encarnación-En Plom, Murillo-Encarnación y Murillo-Guillem de Castro. Por tanto, la historia de nuestra falla arranca en el período de 1944-45, siendo la primera fallera mayor infantil la niña Consuelo Rausell, a la que se dedicó la siguiente poesía:

«En el año 45 se formó una comisión

para hacer una fallita en la calle Encarnación.

Eran 17 los falleros y 5 chicas las falleras.

Esas falleras guapas que son nuestra inspiración.»

Nuestro primer presidente infantil fue Vicente Pastor Sáez, pieza fundamental junto a Fernando Gil Cuartero, para poder entender los cimientos y la historia de la falla En Plom, pues han sido los únicos fundadores de la falla que han continuado en la comisión a lo largo de toda su vida, viendo pasar a generaciones de «enplomeros» por nuestros distintos casales. 

La falla infantil que se plantó en marzo de 1945, bajo el nombre de Encarnación-En Plom, costó 250 pesetas. Representaba un mortero con su maza y una foca, y fue creada por Vicente Pastor padre y Vicente Pastor hijo. 

Ya en el año 1946 fue la comisión infantil quien hizo su propia fallita, que encarnaba al famoso elefante Dumbo encima de una pelota de estrellas, entonces el nombre de la falla fue Murillo-Encarnación (hoy en día calle Lope de Rueda). 

La tercera fallita, la de las fallas de  1947, esta vez bajo el nombre de Murillo-Guillem de Castro, llevaba por lema «Walt Disney», y recreaba un libro de cuentos con el personaje de Goofy como figura principal. De este monumento se hicieron maquetas pequeñas que se regalaron a las falleras de la comisión como recordatorio.

Estos fueron los primeros escalones para construir lo que hoy es la falla de En Plom-Guillem de Castro.

 

1947-48

 

Gracias a esos niños del barrio, y a las fiestas que allí se realizaban, nace el 25 de marzo de 1947 la falla de En Plom-Guillem de Castro, siendo su promotor y primer presidente José Martínez Duarte.

La comisión contaba en aquel tiempo con 84 falleros, que pagaban una cuota semanal de 2 pesetas y 1 peseta los infantiles. Aquel primer año se presentaron cuatro chicas para fallera mayor, siendo escogida Anitín Peris, quién tuvo la correspondiente exaltación en el Teatro Serrano, interpretándose la comedia «La rosella». También fue nombrado presidente de honor el capitán general de Valencia, el Excelentísimo Señor Don José Monasterio.

Nuestra primera falla se plantó bajo el lema «Cóm és la dona», del artista José Liceras López, y costó la curiosa cantidad de 8.000 pesetas. 

Ya en ese año la comisión de En Plom comenzó a despuntar en el teatro, tradición que ha seguido la falla a lo largo de su historia. La primera obra que representó fue «Gironi i Riteta», un 8 de junio de 1947, en el Teatro Patronato. Los primeros enplomeros hicieron de esta afición una fuente de ingresos, ya que entonces se cobraba una entrada por acudir a las representaciones teatrales (hablamos de un tiempo donde no existía tanta diversidad de actividades para el esparcimiento y donde nadie podía pensar que llegaría la tecnología a las cotas tan abrumadoras de finales de siglo con los ordenadores, consolas, teléfonos móviles o smarts tv, por poner algún ejemplo). Volviendo a esta década, decir que la butaca de patio costaba 3 pesetas; la preferente, 2, y la general, 1 peseta. Los palcos de ocho localidades valían 25 pesetas, y los de seis, 20 pesetas. Curiosamente, la butaca número 8 de la fila 16 estaba reservada para un «agente de la autoridad».

Pero también había otras actividades en la comisión. Todos los jueves y sábados, en verano, se hacían verbenas en la plaza de En Plom. Al encargado de servir las limonadas se le permitía la entrada gratuita a la verbena y tenía derecho a beberse una sin tener que pagarla. ¡Qué tiempos aquellos!

Sin embargo, los tiempos han cambiado para bien, sobre todo, de las mujeres, ya que en esos años las chicas no podían permitirse «ciertas libertades» en el vestir y, por eso, la Junta Central Fallera daba tickets a las comisiones para cambiarlos por vestidos de huertana. Aun así, la alegría brillaba en el barrio a finales de los años cuarenta. La falla de En Plom-Guillem de Castro ya era una realidad, ¡y teníamos hasta banda de música! Fue la de Almássera y costó, en aquel tiempo, 5.500 pesetas, con la condición de que, además de a los actos oficiales, viniera a tocar en la «replegà» gratis (una tradición que se perdió a finales de siglo) y… ¡con la bandera!

1949

 

La fallera mayor de este ejercicio fue Amparo Martínez, hija del fundador José Martínez Duarte, en esos años presidente de la comisión y también nombrado en su día, presidente perpetuo de la falla En Plom-Guillem de Castro.

Se nombró fallera de honor a la actriz Aurora Bautista, que vino en fallas y se vistió de huertana, acudiendo toda la comisión a recibirla al aeropuerto, procedente de un vuelo que había salido desde Madrid. Hay que reconocer que éramos una comisión muy activa y con una gran iniciativa.

La presentación en honor de Amparo Martínez se celebró el 6 de marzo en el Teatro Apolo. Además, se nombró reina del fuego a una jovencísima María Carmen Villanueva (que terminaría siendo la mujer de nuestro fundador Fernando Gil Cuartero). Era una época donde el barrio estaba lleno de jóvenes con muchas inquietudes y ganas de pasarlo bien.

 

1950

 

Llegamos a 1950 y el honor de ser fallera mayor ese año recayó en Maruja Colom, mientras que el cargo de presidente continuaba en manos de José Martínez Duarte.

Como los enplomeros seguían haciendo gala de saber moverse muy bien dentro del mundillo del artisteo, hicieron presidenta de honor a la actriz Luchi Soto y reina del fuego a la cantante Pilarín Bravo, una supervedette de la compañía de Pepe Alba. En aquellos tiempos, este valenciano natural de Sagunto paseó con orgullo el nombre de Valencia por medio mundo. Cursó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia trabajando al mismo tiempo en un taller de decorados. Tenía dos pasiones: la pintura y el teatro. Trabajó en el taller de los decoradores Oliver, cerca de ese taller, en la calle Pilar, existía un teatro de aficionados que sería el primer escenario en el que actuó, de ahí que conociese nuestro barrio de Velluters. En 1934 inauguró un salón dedicado por completo al teatro en valenciano: «Nostre Teatre», conocido más tarde como Teatro Serrano, hasta su demolición en 1962. 

¡Pues con todo este tipo de gente se relacionaban nuestros primeros enplomeros!

 

1951

 

Ya comenzada la década de los cincuenta, en 1951 la fallera mayor fue Mari Carmen Martínez, y la novedad radicó en el cambio en el mando de la falla, ya que el presidente fue por primera vez Inocencio Rausell Martínez, que lo sería durante los siguientes cuatro ejercicios.

1951 fue un año de gran éxito, ya que la comisión consiguió por primera vez el 1º Premio de la Sección Tercera para nuestro monumento fallero. La falla representaba un anda con maceros y cirios, de la que salía montones de basura. El artista fallero fue José Martínez. Como curiosidad contar que la comisión fue a su casa con gran alegría para darle la enhorabuena por el premio conseguido y lo pilló en la cama, lo que no impidió que se lo llevaran en calzones para celebrar el premio por todo el barrio.

 

1952

Inocencio Rausell repetía presidencia y la fallera mayor fue Mari Carmen Villanueva, cuya presentación tuvo lugar en el Teatro Serrano, el día 9 de marzo, ya muy cerca de fallas.

Como tradición se subastaba, el día de la presentación, quién tenía el honor de subir a la fallera mayor al escenario, honor que recayó en Víctor Jornet, tesorero de la falla En Plom, ya que fue quien más pagó por tener ese privilegio (¡imaginación al poder!).

Como anécdota, destacar que a la fallera mayor, como era menor de edad, no la dejaban entrar en las verbenas, que por aquel entonces eran una fuente de recaudación de dinero para la falla, así como la forma de pasárselo bien que tenía la juventud en aquella época.

El boceto de la falla de ese año representaba una calabaza, que tenía encima las dos caretas representativas del teatro, la tristeza y la alegría. El boceto de esta falla se expuso en el Museo Fallero.

Ese año no se fue a la ofrenda. En sustitución se hizo una «xocolatá» pagada por el padre de la fallera mayor, Valeriano Villanueva, detalle que fue muy celebrado por la gente. Esto se hizo con el fin de que las falleras no se cansaran. ¡Cómo mimaban los enplomeros a sus mujeres

1953

 

Narcisa Giménez fue la mujer que nos representó como fallera mayor este ejercicio fallero, siendo de nuevo Inocencio Rausell Martínez el presidente de En Plom-Guillem de Castro.

Narcisa se fue con su familia a vivir a Brasil y  en el año 1981, año de nuestro 25 aniversario, fue la única fallera mayor que, por este motivo y debido a la lejanía, faltó a los actos conmemorativos que se hicieron para celebrar nuestras bodas de plata.

 

Durante este ejercicio, el cuadro artístico de la comisión ganó el premio otorgado en el concurso organizado por la Obra Sindical de Educación y Descanso (¡qué nombres nos gastábamos entonces!).

Ese año se representaron obras como «La cuerda floja», «La demanà de la novia», «Perfums de la vida», «La clavellinera del barrio y otros» o «Ley de vida» en los distintos teatros de la ciudad: El Micalet, el Patronato, Juvenalia... Prácticamente se representaba una comedia por mes. Ya en los inicios de la existencia de la falla se fue forjando lo que sería el pilar fuerte de nuestra comisión fallera: el amor por el teatro.

1954


Ese año no se plantó falla ese año, pero el cuadro artístico, sin embargo, continuaba con su caminar teatral, escenificando magníficas obras en castellano como «Manda tu madre a Sevilla», «Mujercita mía» o «Marianela» en la que Vicente Pastor hacía de ciego y Mari Carmen Villanueva de la infeliz protagonista. En todas ellas cosecharon triunfos tanto de público como de crítica. El sello de En Plom empezaba a ser conocido en nuestra ciudad.

1955

 

Después del parón de un año, volvió Inocencio Rausell a tomar las riendas de la comisión como presidente y Maruja Roji fue proclamada fallera mayor de nuestra barriada.

El cuadro artístico de la falla, un año más seguía representando obras teatrales con gran éxito como es el caso de «Dueña y señora»

La presentación en honor de nuestra fallera mayor, Maruja, tuvo lugar en el Teatro Talía (también conocido como la Casa de los Obreros), el día 6 de febrero. En el extenso programa, en el que actuó de mantenedor José Sánchez Jordán, se citaba textualmente: «El orden del programa no altera la calidad de los artistas». Humor no faltaba a nuestro primeros enplomeros.

 

Además, se pedía la máxima puntualidad debido al extenso programa a representar. Por entonces, se vendían las entradas para poder acudir a este evento. La falla tenía puntos de venta específicos: «Casa Pastor», encurtidos y papas, en la calle Murillo, y en la pastelería «Las Torres» (en la calle Guillem de Castro, esquina con En Plom), negocios emblemáticos y muy conocidos por todos los falleros de nuestra comisión.

1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1961 y 1962

 

Estos años no hubo falla. Los hombres fuertes del barrio se habían hecho mayores y la desgana hizo que hasta el año 1963 no se plantara la siguiente falla.

 

1963

 

¡Por fin vuelve a resurgir la falla! Entre otros se lo debemos especialmente a Ramón Leal Navarro, quien decidió hacerse cargo de la presidencia de En Plom, y a Rosario Pérez, la fallera mayor de 1963 y nuestra máxima representante. 

Ramón Leal tenía una sastrería en la calle Murillo y una de las chicas que trabajaba allí tenía una hermana en un coro de revista que actuaba en el Teatro Ruzafa. A través de ella fueron a actuar gratis en la presentación de la falla: Carlos Acuña, cantante de tangos, conocido como el sucesor de Carlos Gardel; Roberto Font, el cómico del cine en la pista; la cantante Margarita Sánchez, reina del cuplé, y la vedette Mari Cruz Muñoz. Iban a hacer lo que entonces se llamaba «un matinal».

¡Esto es volver a lo grande y lo demás son tonterías!... Pero esto es la falla En Plom-Guillem de Castro, por lo que todo no podía ser «tan fácil».

Cuando faltaba una semana para la presentación, la compañía se trasladó a Castellón, actuando en Ruzafa otro grupo teatral. Se tuvo que alquilar de prisa y corriendo el Teatro Apolo y cambiar la fecha de la presentación. El sábado anterior a esta, por la noche, se tuvo que ir a Castellón en autobús para recoger a los artistas. Actuaron y volvieron a Castellón. 

 

Un acto que pensamos que nos saldría barato, nos salió caro debido al alquiler del autobús y por la cena que hubo que pagar a las artistas. Eso sí, la presentación fue un gran éxito, dada la calidad de los artistas que actuaron.

¡Qué nos quiten lo «bailaó»! O, o, o… En Plom.

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Falla 1963

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Cartel Presentación

1963

1964

 

Empieza el ejercicio fallero con un cambio en la presidencia, pasando a ser nuevo presidente Valeriano Villanueva. El título de  fallera mayor recayó en  Consuelo Llario Caro. La fallera mayor infantil fue la niña Mari Carmen Loren, para la que se representó en la presentación el cuento de «Caperucita Roja», original del escritor francés Charles Perrault.

No le debió gustar mucho a Valeriano esto de tener que llevar las riendas de la falla En Plom, pues les dijo a los falleros que «tiraran la casa por la ventana porque no pensaba ser presidente ningún año más». Sin duda, eran años difíciles para la continuación de la comisión, ya que nadie quería coger la responsabilidad de la dirección para llevarla adelante.

1965

 

Dadas las palabras mencionadas por el último presidente en las fallas de 1964, en este año la comisión se vuelve a deshacer y no se planta falla grande. Pero un fallero inolvidable, Manuel Niza Ortíz, se hace cargo de la delegación de lotería y, junto a un grupo de jóvenes falleros, realiza una falla infantil, bajo la tutela de la comisión de Murillo-Palomar.

Entre estos jóvenes estaba Manuel Niza Calatayud (su hijo), presidente infantil ese año, y Benjamín Forneli Navarro. Ambos pieza clave en las décadas siguientes, ya que se convertirían en presidentes de nuestra comisión en los años 70 y 80. Junto a ellos, José Llario Caro, José Antonio Sanchís Martínez, Antonio Aleixandre Vidal y Joaquín Villar Andrés, fueron los otros jóvenes que se animaron a plantar falla y que no muriese el espíritu de En Plom.

 

La fallera mayor infantil sería la niña Cecilia Balada López, quien junto con los dos futuros presidentes antes mencionados se convertiría en otra «enplomera» ilustre para esta comisión. Sería en años venideros dos veces fallera mayor y una excelente actriz, entre otras muchas cosas.

La presentación tuvo lugar el 28 de febrero de 1965 en el Teatro Patronato, sito en la calle Landerer, 5. «Dones i flors» escrita por Enrique Albi Hernández fue el título del apropòsit infantil. Curiosamente, la falla Murillo-Palomar realizó la exaltación de su fallera mayor. La reina del foc fue la niña M.ª Luz Gil Villanueva.

La fallita para la barriada fue hecha por Vicente Pastor y Manuel Gimeno, obteniendo un accésit. Los componentes de la falla creían que merecían un premio mejor y en la pared junto a la falla se puso un cartel que duró muchos años que decía: «Por no pasar el jurado cuando tocaba, nos han dado lo que sobraba». Hay que reconocer que estos «enplomeros» tenían arrojos y amor por su falla.

En esa ocasión, como novedad, se iluminaron las calles del barrio, siendo los pioneros en este aspecto. Así que datamos 1965 como el primer año en que la falla En Plom alumbra la demarcación en las fiestas josefinas.

Artistas de la falla infantil

Manolo Gimeno y Vicente Pastor

Artistas de la falla infantil

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Cecila Balada  y Manolo Niza

Fallera Mayor y Presidente Infantiles

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Teatro Patronato

Presentación Fallera Mayor Infantil

1966

 

Ante el entusiasmo de los jóvenes, la falla volvió a plantarse al año siguiente, ocupando de nuevo la presidencia Ramón Leal Roberto, quien ya había ostentado el cargo tres años atrás, en 1963. 

La fallera mayor en esta ocasión fue Pilar Alonso. Y el monumento fallero, realizado por el artista de Burjassot, Martínez, concursó en la Sección Cuarta, llevándose el premio 25º. Por contra, ese año no se plantó falla infantil.

Poco a poco se iban cimentando las raíces de nuestra comisión que en 1966 contó con 40 falleros. La primera junta de esta pequeña asamblea se hizo en «los bajos de las cajas de Martínez». Planta baja conocida por todos y que se halla en la calle En Plom, junto al bajo que más tarde se convertiría en nuestro casal en la plazoleta de En Plom.

Era un año lleno de frenesí, los jóvenes falleros querían afianzar las raíces de la comisión, así que 1966 fue el año en que se inauguró el primer casal oficial de la falla de En Plom-Guillem de Castro, en la calle dels Aladrers (perpendicular a Quart y Murillo, y continuación de En Plom y su azucat). Las paredes se empapelaron con los décimos de lotería que no habían sido premiados y que, como podréis imaginar, eran muchos.

 

1967

 

Ante tanto entusiasmo derramado el ejercicio anterior, Ramón Leal Roberto continúa en la presidencia, convirtiéndose María Amparo Tasquer Sol en la fallera mayor para este ejercicio fállelo.

La presentación en honor de María Amparo se realizó en el teatro Micalet, sito en Guillem de Castro, 75. Uno de los teatros emblemáticos de la ciudad de Valencia inaugurado a finales de los años 50 y que ha sabido sobrevivir al paso del tiempo, estando hoy en día en plena actividad cultural, tanto teatral como musical. La presentación tuvo lugar en la mañana del domingo 5 de febrero de 1967. El apropòsit faller se tituló «Anyorantça», escrito para la ocasión por Juan Plaza Salcedo, bajo la dirección de Joaquín Alcalá de Barona, fue interpretado por José Gil, José Tasquer, José Solá, Manuel Niza, Victor Bueno y Juan Simó.

Anterior a la presentación de la fallera mayor se realizón un «gran matinal» con la representación de las obras «No es per ahí» y «De rebot» bajo la dirección de José Marín.

La falla de aquel año llevaba por lema: «Turisme» y la realizó el artista fallero M. Ferrer.

1968

 

En el memorable año en que España consigue ganar por primera vez Eurovisión con el «La, la, la» de Massiel, la falla intenta consolidarse, aunque no es tarea fácil, ya que tan solo cuenta con 28 falleros, abanderados por Ramón Leal que continúa como presidente.

La fallera mayor fue María José Cortés. Curiosamente, María José había sido bautizada en el año 1948, en las primeras fallas de la comisión de En Plom, siendo sus padrinos el entonces presidente, José Martínez Duarte, y la fallera mayor de aquel año, Anitín Peris.

La comisión realizó la presentación en la sala de baile «La Cabaña». Eran pocos, pero con muchas ganas de llevar por todo lo alto y con orgullo el nombre de la falla y que a la flamante fallera mayor, enplomera de corazón, no le faltase de nada.

El artista fallero que se contrató para ese ejercicio fue Manuel Villalba, y el monumento que construyó  llevaba por lema «Coses de València».

 

1969

 

Ramón Leal parecía empeñado en que la falla continuase haciendo historia, así que ya en el último año de los sesenta decide proseguir como presidente. El honor de ser la fallera mayor es año fue para María Carmen Rubio Ferrer y la niña que ostentó el cargo de fallera mayor infantil fue María Luz Gil Villanueva, hija de nuestro queridísimo Fernan (niño fundador, no olvidemos, en el año 1947).  El cargo de presidente infantil recayó en Manel Gimeno Arándiga. Además, se repitió el escenario para la representación de la presentación, de nuevo la sala de baile «La Cabaña».

 

Ramón Leal contrató un artista fallero que ese año se examinaba: Antonio Vidal Villaroya, conocido como Tono. Fue un año memorable para la comisión, ya que la falla se alzó con el primer premio de su categoría. Pero eso no fue todo, ya que se obtuvieron tres primeros premios, con la lógica alegría de toda la comisión:

— 1º Premio de la Sección Tercera B.

— 1º Premio de Ingenio y gracia de la Sección Tercera B.

— 1.º Premio de Información y Turismo.

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Falla 1969

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Pasacalle por el barrio con la fallera mayor Mª Carmen Rubio Ferrer

1970

 

José Tasquer Heras, padre de nuestra fallera mayor de 1967, María Amparo Tasquer, estrena el cargo de nuevo presidente, sucediendo a Ramón Leal, que había realizado una excelente gestión en los años anteriores. COmo a presidente infantil repite por segundo años Manel Gimeno Arándiga.

No se pudo firmar el contrato con el artista que tan buenos triunfos había dado a la falla en el ejercicio anterior, Tono, y se contrató a Federico Páez. No se consiguió, en esta ocasión, ningún premio, aunque el desánimo no se apoderó de los falleros.

 

La presentación, una vez más, se hizo en la sala de baile «La Cabaña», convirtiéndose ya en un referente para los enplomeros. En 1970 nuestras falleras mayores fueron dos mujeres que dieron muchas alegrías y una saga de enplomeros a nuestra barriada:  María Dolores Rubio Ferrer, hermana de la anterior fallera mayor, y la niña María José Paredes Bosch.

 

Ese año habrá que recordarlo porque la comisión elaboró el primer estandarte de tela de la falla, ya que el anterior era de madera y estaba pintado a mano. 

 

Se cerraba de esta manera una década que daría paso a la definitiva consolidación de nuestra comisión en el barrio de Velluters.

 

Canastilla de la ofrenda en 1970

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1º Estandarte

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Mª José Paredes y Manel Gimeno, FM y presidente infantil de 1970, junto a la FMI 1969, Mª Luz Gil

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